Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 22 de enero de 2017

MÍA Y LA TARDE:SOLILOQUIOS

Ayúdame a seguir, le dije.
Me despojé del frío junto a él,
en sus brazos.
Las ropas esparcidas
despoblaron la piel de otros deseos.

Aquella vez la noche se alió con nosotros:
fragor bajo su aliento,
entre sus muslos, lava.

Me perderé contigo
-respondió con firmeza-.
No entendió la llamada
y quiso detenerme.

Agradecí a mi estrella los momentos vividos
y me alejé despacio,
temprano, sin ruido,
para no despertarlo.

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