Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

martes, 8 de enero de 2019

DIARIO DE ESPERAS

Escondido permanece y espera. El tiempo le confiere el color del olvido, el aroma que impregna la quietud de sus páginas, las palabras que duermen un sueño sin retorno.
Permanece en el arcón. Testigo, guardián a veces, de amaneceres con nombre de mujer.
Y espera que pedazos de historia despierten a la vida que camina y resiste, que una mirada larga lo acaricie despacio y puedan ser leídos los versos nunca escritos.
Entre manchas de tinta sigue latiendo todavía.

sábado, 24 de febrero de 2018

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

No hay fechas señaladas
en aquel calendario del año 86.
Intacto,
permanece guardado en el cajón.
Aún desprenden sus hojas un olor amarillo.
No hay marcas que dotaran a alguno de sus números
de un color especial.
Los días y los meses ya vencidos no cesan de morir.
Le pregunto a mi suerte y me pregunto:
por qué tanto abandono...
Quién levantó los muros y detuvo mi marcha...

Es la venganza de todo lo perdido.

Si he de rendir cuentas,
agradezco al destino que responda por mí.

sábado, 3 de febrero de 2018

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Un aroma humeante se expande por la casa.
Inicio el ritual:
escojo una camisa mal planchada,
me ajusto el cinturón,
y apuro con premura una taza de café.
Escucho las noticias.
Deja un  regusto amargo el café muy cargado.
Y busco en los bolsillos
las llaves y el motivo de la lucha,
la razón de existir,
el precio de estar vivos.
Dónde aferrarnos...

Deja un regusto amargo
el pan recién tostado y el dolor de los otros.

Seguir, seguir tan solo.
Caminar hacia un norte que apenas se vislumbra.
Seguir tan solo. Seguir, sin más certeza
que el aliento del mundo.

sábado, 27 de enero de 2018

MÍA Y LA TARDE:SOLILOQUIOS

Hoy no ha venido nadie.

La puerta está cerrada. Nada se escucha.
El perro duerme junto a mis pies.
Hay polvo en los estantes
y un rumor de ascensores.
El orden, la rutina, ocupan su lugar.
Todo tiene su sitio.

Y ocurre que me canso de esta calma obligada.
El teléfono, a veces, es un guardián celoso.
Solo un libro prestado, mutilado en sus páginas,
ofrece un final feliz.

Y ocurre que me canso de esta calma.
¿Habrá razón alguna para la queja?

Quién podrá responder, dar sentido a la duda...

Hoy no ha venido nadie. Y sobran las preguntas.

sábado, 20 de enero de 2018

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Me devuelves el rostro de aquella juventud,
precisamente ahora,
cuando te siento extraña. Ahora,
que mi piel sangra versos
que nunca escribiré,
posas desnuda frente a mí,
detenida en el cuadro,
ajena a mis batallas.

No insistas.
No sabría envejecer por dentro
y ceñirme tus ropas,
suplantar tu sonrisa,
y mentirme de nuevo.

No acepto tu limosna.
No insistas.
Ya no somos la misma.

sábado, 13 de enero de 2018

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Hoy llamaré a tu puerta
cuando amaine el diluvio.
Entraré como entonces,
callándome los besos,
negando las palabras 
que dejaron secuelas
en mi voz y en mis labios.

No me reproches
que viva al otro lado,
que camine a tu encuentro
por terrenos abruptos,
o rechace el dulce de frambuesas
que tan celosamente guardabas para mí.

Si te hablo de espaldas
recogiendo mis libros,
hallarás el motivo
en ese amor de saldo
que hasta ayer me ofrecías
y murió con nosotros.

sábado, 6 de enero de 2018

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

No olvidaré aquel tiempo...

Nacíamos cada mañana de nuestra juventud
renovando deseos, la ilusión siempre alerta.
La fuerza de la vida salía a nuestro encuentro
sin poder detenerla.

Caminábamos juntos a la clase de Historia
y hacíamos novillos en Latín.
Escapábamos luego al portal
donde nos ocultábamos para estrenar
aquel juego prohibido que aprendimos
en domingos de cine y guateques en casa de Marie.

Con la guitarra al hombro saciábamos la sed de rebeldías
que un cantautor de moda proclamaba
con su voz de vinilo.

Nada es como entonces...

Tentábamos la suerte, 
y el destino era un amigo extraño
que a veces nos mostraba sus arcanos,
esos que, con afán, escribieron la historia
de estos que somos hoy.

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