Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 18 de septiembre de 2016

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

La coherencia. Difícil alcanzarla en su plenitud. Pensar, sentir y actuar en la misma dirección. Compleja tarea si recordamos el aforismo pascaliano , "El corazón tiene razones que la razón no comprende".
La limitación principal viene dada por esa pequeña parcela de libertad que nos permite, a duras penas, ejercer el derecho a ser nosotros mismos, a elegir, a decidir, a ser dueños de nuestra vida, de nuestro destino, a no depender de las veleidades y exigencias ajenas.
Cuántas veces nos hemos visto obligados a actuar de manera opuesta a nuestro criterio o a nuestros sentimientos...
Tenemos hipotecada una parte considerable de nuestra existencia por circunstancias extrañas a nosotros.
Aun así, la coherencia ha de presidir nuestro día a día. Practicarla, manifestarla, imponerla si es preciso. La coherencia como un camino que nos conducirá al equilibrio, a la seguridad, en definitiva, a la paz interior. Una tabla de salvación para estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Visitas al blog