Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 2 de octubre de 2016

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Vivimos en plena era de la información. Todos entendemos de todo, y así, podemos dar clases magistrales sobre temas de candente actualidad: nutrición, medicina, política, psicología, etc, etc.
Ampliar conocimientos siempre será recomendable. Una sociedad debidamente informada no dejará paso  a la manipulación, aunque no siempre la información que recibimos viene acompañada de ese poso formativo, tan necesario.
Enriquecer nuestro espíritu ha sido una constante en el tiempo. Mas tan aconsejable como añadir, será quitar: limpiar, pulir desechar, erradicar, en definitiva, liberar a la mente de aquello que le sobra. Los fantasmas del miedo, de los prejuicios, la culpa, los complejos, que nos detienen  y paralizan.
Sumar para después restar. Aprender para desaprender.
Este puede ser el camino, nuestro camino interior. El camino que lleva y que todos buscamos.

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