Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

sábado, 24 de febrero de 2018

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

No hay fechas señaladas
en aquel calendario del año 86.
Intacto,
permanece guardado en el cajón.
Aún desprenden sus hojas un olor amarillo.
No hay marcas que dotaran a alguno de sus números
de un color especial.
Los días y los meses ya vencidos no cesan de morir.
Le pregunto a mi suerte y me pregunto:
por qué tanto abandono...
Quién levantó los muros y detuvo mi marcha...

Es la venganza de todo lo perdido.

Si he de rendir cuentas,
agradezco al destino que responda por mí.

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