Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 26 de marzo de 2017

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

A veces me pregunto
si alguna vez me amaron,
si alguna vez amé.
Podría ser que sí:
la pasión no mentía,
ni el placer, 
ni el deseo.
Mas después de la entrega
buscábamos el otro, perdidos,
en la alcoba;
callados, frente a frente;
a oscuras, sin sentirnos.

Qué más puede ofrecer
el cuerpo que aprendió
a borrar las caricias de otras manos,
a escupir otros besos,
a medirse en la herida.

Si alguna vez me amaron,
si alguna vez amé,
se hizo tarde en el tiempo.
Para qué desvivir las horas rotas.
Aún queda el corazón,
queda el poema
en tardes como esta,
sin regreso.



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