Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 21 de mayo de 2017

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Dejo el balcón abierto.

A la hora pactada.
Después de andar caminos arrastrando la vida,
retorno a la cadencia de un verso que me eleva
y me salva del mundo.

He de partir y quiero
volver la vista atrás.
Que ese resto de vida que me falta
se asome a despedirme.

No llevaré equipaje, acaso,
los recuerdos de un tiempo que me pesa
y siempre me acompaña.

Oigo la voz del aire que me inicia
en su peregrinar,
y me invita a levantar el vuelo
cuando la huella marque su levedad.
Solo entonces
será mi rastro de agua.

Y besaré la tierra cuando regrese un día.
La tierra que hoy me lleva
y apoyó la caída tantas veces...

Es hora de partir.
Dejo el balcón abierto
a mis ojos transidos del cerco de la tarde.
Dejo el balcón abierto
y una página en blanco que espera
tras la niebla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Visitas al blog