Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 23 de octubre de 2016

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Lento dolor de tarde. Lenta lágrima que envejece las horas en roces de penumbra. Herida gris del tiempo que me lleva. Eco para mi voz de adiós en grito.
Quién salvará este tránsito. Quién podrá derribar la calma de sus muros. Quién podrá detener la aguja mortecina en un instante solo.
Cien silbidos de trenes amarillos rezuman por la pared del aire. Cien farolas encienden sonrisas de metralla.
Pasa la tarde así, lenta de muerte. Todo el dolor prendido en sus vacíos. Huye en hilos de luz ,como un recuerdo, por la esquina del viento y de la escarcha.
Cien farolas anuncian la noche y sus apremios.
La tarde borda surcos de cal, polvo y retiro.

martes, 18 de octubre de 2016

MÍA Y LA TARDE. SOLILOQUIOS

El cenicero repleto de colillas, la taza de café, la pluma espesa, libros sobre la mesa amontonados, y yo, frente al papel, en mi desorden.
Dudo. No sé si escribo o hablo, si pienso o sobrevivo, si estoy fuera o me siento vertida en mis impulsos, si soy otra, de mí desconocida.
Dudo. En mi desorden, dudo. Imagino y no creo en mis fantasmas. Se sublevan y, a veces, me rehuyen. Otras veces se arriman ateridos, y los puedo tocar en el desorden de este cuarto cada vez más pequeño. Este cuarto donde nada más cabe: la última colilla, los posos del café, la pluma seca, libros sobre la mesa abandonados, y, ante el papel, la duda, que anochece conmigo, en mi desorden.

miércoles, 12 de octubre de 2016

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Tiempo de otoño...
Los dioses de cemento te celebran, y la nostalgia tiñe de gris las avenidas. Hay llanto de hojarasca, hace frío, y es triste si se mira el cielo desde abajo.
El péndulo no cesa de vagar en el tedio y me pesa el silencio que cicatriza lento, blanquea las paredes cuando evades tu claridad de sombras, y eres ave que emigra hacia la luz.
Y me pesa el otoño, su extraño mestizaje sin tus manos ligeras, fugaces cuando encuentran la frescura del agua purificando el aire sobre mi piel, como una llaga abierta a la caricia.
Y el viento trae ausencias con aroma de sauces y de tierra mojada. Y el viento te retorna de lluvia y hojas muertas.
Es otoño...

domingo, 2 de octubre de 2016

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Vivimos en plena era de la información. Todos entendemos de todo, y así, podemos dar clases magistrales sobre temas de candente actualidad: nutrición, medicina, política, psicología, etc, etc.
Ampliar conocimientos siempre será recomendable. Una sociedad debidamente informada no dejará paso  a la manipulación, aunque no siempre la información que recibimos viene acompañada de ese poso formativo, tan necesario.
Enriquecer nuestro espíritu ha sido una constante en el tiempo. Mas tan aconsejable como añadir, será quitar: limpiar, pulir desechar, erradicar, en definitiva, liberar a la mente de aquello que le sobra. Los fantasmas del miedo, de los prejuicios, la culpa, los complejos, que nos detienen  y paralizan.
Sumar para después restar. Aprender para desaprender.
Este puede ser el camino, nuestro camino interior. El camino que lleva y que todos buscamos.

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