Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

miércoles, 12 de octubre de 2016

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Tiempo de otoño...
Los dioses de cemento te celebran, y la nostalgia tiñe de gris las avenidas. Hay llanto de hojarasca, hace frío, y es triste si se mira el cielo desde abajo.
El péndulo no cesa de vagar en el tedio y me pesa el silencio que cicatriza lento, blanquea las paredes cuando evades tu claridad de sombras, y eres ave que emigra hacia la luz.
Y me pesa el otoño, su extraño mestizaje sin tus manos ligeras, fugaces cuando encuentran la frescura del agua purificando el aire sobre mi piel, como una llaga abierta a la caricia.
Y el viento trae ausencias con aroma de sauces y de tierra mojada. Y el viento te retorna de lluvia y hojas muertas.
Es otoño...

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