Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 10 de septiembre de 2017

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Será tarde
para aliviar la pena de saberme leyenda de una historia
jamás acontecida.
Tarde
cuando bajen del pecho los lentos desengaños.
Los dejaré rodar como pedradas.
Y cerraré la puerta de esta casa que habito y que comparte
el pan del mediodía.
Esta casa que aguarda
cuando todos recogen sus pocas pertenencias
y se marchan aligerando el tedio, la esperanza,
 el cigarrillo apenas consumido.

Y cerraré la puerta.
Hay sitio en esta casa para el hombre
que suelta sus cadenas y redime
tanto perdón sin culpa.
Para el hombre que espera en el umbral...

Y se hace tarde.

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