Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

domingo, 12 de noviembre de 2017

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Tiemblo
por esta piel de otoño ya marchita.
Pasaron los otoños,
los inviernos por ella
y alguna primavera.

Son restos de otra piel que fui tejiendo
golpe a golpe de estíos,
de constancia.
Otra piel curtida de mañanas,
cuando el mañana abría sus fronteras
en un tañer de auroras sensitivas,
contagiadas de sol,
hurtando a la distancia su aventura,
dispuestos a avanzar por sus veredas.

Y aquel mañana,
por siempre inalcanzable,
me hizo perder la fe.

Hoy tiemblo
en esta cama de reposar otoños,
inviernos, y alguna primavera.
Donde zurzo mi piel
para abrigar sus fríos.
Donde no digo adiós,
tal vez,
hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Visitas al blog