Errantes, frente a la noche solos. Con la palabra como única compañía. La palabra hecha canto. La palabra como salvación, como catarsis. Mientras la luz nos niegue.

sábado, 20 de enero de 2018

MÍA Y LA TARDE: SOLILOQUIOS

Me devuelves el rostro de aquella juventud,
precisamente ahora,
cuando te siento extraña. Ahora,
que mi piel sangra versos
que nunca escribiré,
posas desnuda frente a mí,
detenida en el cuadro,
ajena a mis batallas.

No insistas.
No sabría envejecer por dentro
y ceñirme tus ropas,
suplantar tu sonrisa,
y mentirme de nuevo.

No acepto tu limosna.
No insistas.
Ya no somos la misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Visitas al blog